apego, ciencia y otras yerbas

Los clones no son otra cosa que gemelos que no tienen la misma edad.
Por lo tanto, crear clones con un objetivo utilitario sería algo tan bárbaro como procrear con el fin de utilizar a los niños como bancos de órganos.
La idea de clonarse para autoperpetuarse no es más que una manifestación ridícula de un yo exacerbado.
Querer clonar a un deportista de élite, a una estrella de cine o al propio perro para tenerlo para siempre a nuestro lado expresa un gesto pueril de apego que no tiene nada que ver con el amor y la bondad.
Debemos aprender a apreciar en su justo valor el potencial extraordinario de la existencia humana.
El mundo es, por naturaleza, efímero, y querer apegarse desesperadamente a la ilusión de una permanencia de las cosas, a un sueño de eternidad, sólo será fuente de frustraciones inútiles.
Por el contrario, estoy de acuerdo con que la investigación sobre la clonación pueda conducir a nuevas técnicas de cultivo de tejidos, incluso de órganos susceptibles de aliviar muchos sufrimientos. ¿Por qué no habríamos de reemplazar el hígado enfermo de una persona por un hígado sano desarrollado a partir de una de sus células?
Lo que provoca miedo no es el progreso de la genética ni de otras ramas de la ciencia, sino las motivaciones confusas e irresponsables que determinan su utilización.

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Matthieu Ricard

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