Un hombre fue a ver a una mujer famosa por su sabiduría y le pidió consejo. Ella dijo:
-Me pase lo que me pase, siempre digo: “Gracias por todo, no tengo motivos de queja”.
El hombre se fue pero regresó algún tiempo después.
-He intentado poner en práctica su consejo, pero no siento ninguna diferencia- dijo.
Ella replicó:
-Gracias por todo, no tengo motivos de queja.
Al oír la respuesta el hombre se iluminó.
Historia Zen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario